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Sismo

La política de las encuestas

Por María Fernanda Plazas Bravo

Las encuestas políticas han demostrado ser una herramienta fundamental en la esfera democrática, permitiendo la captura de percepciones, preferencias y tendencias de la sociedad en relación con asuntos políticos y gubernamentales.

Estas herramientas estadísticas ofrecen una visión invaluable para los políticos, analistas y ciudadanos en general, ya que desempeñan un papel crucial en la toma de decisiones informadas, la formulación de políticas efectivas y la evaluación de la opinión pública.

En una democracia como la nuestra, es una idea aceptada que el público que está llamado a tomar decisiones importantes en las urnas debe estar informado de los asuntos populares. Es un principio importante de nuestro sistema de gobierno que las políticas públicas las decide el pueblo.

El control popular sobre los órganos legislativos, sobre los ejecutivos del gobierno y sobre la política interior y exterior es una idea básica en nuestra sociedad política. El pueblo es la fuente del poder. Por lo tanto, sus opiniones deben moldear la acción del gobierno.

La vida exitosa de nuestro gobierno operando bajo estos principios justifica nuestra fe en el buen juicio del pueblo. Creemos que una vez, las opiniones del público sobre los asuntos públicos se conozcan y se actúe en consecuencia, nuestro gobierno mejorará en lugar de dañarse.

Las encuestas ayudan a los políticos a entender lo que quiere el público, y el público a entender quién es popular y quien tiene más opciones de ganar con el mayor número de votos en las urnas. Pero cuando las predicciones electorales están completamente fuera de lugar, algunos comienzan a cuestionar su uso.

En un período previo a una elección, los expertos políticos, e incluso los politólogos de los parques, el elector en general, interesados ​​se refieren a las encuestas para ver cómo podrían llegar los resultados. Las encuestas se han visto como una guía confiable; aunque fallas recientes, incluidas agencias y empresas inescrupulosas que se prestan para acomodar y manipular resultados, con poca experiencia y métodos poco confiables y amañados, han sido potencialmente dañinas, especialmente para la investigación del mercadeo electoral.

Las encuestas, son un estudio de la opinión pública de un grupo de muestra particular y, pueden ser útiles para informar a los políticos sobre las opiniones de grupos específicos de personas. En la práctica, los encuestadores deben equilibrar el costo de sondear una muestra grande con la reducción del error de muestreo, por lo que un compromiso típico para los encuestadores políticos es utilizar un tamaño de muestra de 1000 a 10000 encuestados.

Las encuestas analizan una variedad de temas relacionados con las opiniones de los votantes, desde políticas específicas hasta las tasas de aprobación de los líderes políticos. Las encuestas actúan como un mecanismo de retroalimentación que podría afectar las decisiones políticas de los partidos, mientras que más cerca de una elección, son un mecanismo de retroalimentación sobre cómo va la campaña.

Sin embargo, su uso principal es antes de las elecciones, donde los políticos utilizan las encuestas como una herramienta para informar sus campañas y elaborar mensajes. También podrían influir en el comportamiento de los votantes al afectar las expectativas sobre los resultados de la elección.

Uno de los principales problemas en política, es la falta de información, pues el enfoque tradicional de las encuestas es saber quién va a ganar una elección, cuanta gente te conoce, cómo te conocen y, generalmente se quedan con información superficial, presentada de una manera que el político queda conforme con los resultados.

Debido a que los resultados de las encuestas sobre las intenciones de voto a menudo se publicitan, la información que brindan puede influir en la percepción de los votantes sobre la probabilidad de que los distintos partidos ganen una elección o las posibilidades de ser parte de un gobierno de coalición.

Esto puede influir en cómo vota la gente en las urnas. Cuando la gente vota por el partido que cree que va a ganar, esto se conoce como el “efecto del tren”. Alternativamente, los votantes pueden evaluar a los partidos de forma más positiva si sus posibilidades de ganar parecen ser buenas o evaluar a los partidos de forma negativa si sus posibilidades parecen ser bajas, en lo que se denomina el “efecto boomerang”.

Las encuestas son valiosas, ya que guían el desarrollo de políticas al brindar a los tomadores de decisiones información imparcial sobre lo que quiere el público. Pero esto requiere que los encuestadores sean transparentes y precisos en sus metodologías estadísticas. Las encuestas siguen siendo la forma más efectiva de obtener las opiniones o inquietudes de los votantes sobre temas clave o la intención de voto, si bien otras fuentes de datos, como las redes sociales, pueden proporcionar información para decodificar el comportamiento de los votantes, es poco probable que sean una fuente tan buena para predecir la intención del votante o los resultados de las elecciones, ya que es en gran medida inferencial.

La forma más fácil de sacar de la cabeza opiniones, actitudes o intenciones de voto de las personas es preguntárselas. Descifrar la intención de voto de una persona a partir de sus publicaciones en las redes sociales es menos engorroso que preguntarles. Aunque las encuestas electorales, y las encuestas en general, pueden parecer anticuadas, siguen siendo la mejor forma de obtener la opinión de la gente.

La investigación del mercado electoral está siempre al servicio del diseño de la estrategia de una campaña profesional. La señal es incuestionable: si no hay diagnóstico, no hay estrategia; y si no hay estrategia, no hay campaña. Así de simple. No se puede pensar en un despliegue publicitario, la construcción de la imagen del candidato, la elaboración del discurso o el diseño del mensaje, si no estamos seguros de dónde surge y por qué lo hacemos.

Arrancan los motores de la contienda electoral regional, en la que muchos son llamados… Los elegidos serán quienes se preparen, cuenten con un equipo de trabajo sólido, comprometido, capacitado, proactivo, quienes escuchen e interpreten el sentir de los electores y el contexto del momento; la ciudadanía ya no pasa entero, la era de las y los egocéntricos ya pasó, por eso es tan importante elaborar un diagnóstico del contexto sociopolítico, un mapa de actores para conocer su influencia social y política, cómo califican los ciudadanos a sus autoridades, la identidad partidista y las condiciones socioeconómicas del mercado objetivo.

Es relevante identificar la fuerza de temas y las coyunturas políticas que pueden resultar de provecho para lograr presencia mediática en una campaña competida.

Se requieren nuevas reglas que garantizan metodologías estadísticas mejoradas, como aumentar el grupo de encuestados, incorporar nuevas variables para dar cuenta de las poblaciones muestreadas e informar sobre la incertidumbre, la importancia estadística y los márgenes o el error; de esta manera la industria y la veracidad de la información podría estar en manos más seguras.

En mi experiencia como Especialista en Marketing Político – Estrategias de Campaña – Comunicación de Gobierno y Consultora Política en varios países de Latinoamérica, he aprendido que: una encuesta bien realizada es la fotografía del momento político que se está viviendo. Las encuestas brindan una vía vital de comunicación entre los líderes políticos y sus electores, permite a los líderes comprender las necesidades y preocupaciones cambiantes de la población a lo largo del tiempo.

Al evaluar el respaldo público a políticas específicas, los políticos pueden adaptar sus estrategias y prioridades para reflejar las expectativas del electorado.  Encuestas realizadas de manera responsable, sensata y con agencias idóneas para esto, son ampliamente utilizadas para prever resultados electorales, al medir la intención de voto y la popularidad de los candidatos, las encuestas permiten a los actores políticos anticipar los resultados probables de una elección.

Aunque estas proyecciones no son infalibles, ofrecen una comprensión aproximada de las preferencias electorales y permiten ajustar estrategias de campaña en consecuencia. Así mismo, las encuestas proporcionan datos concretos que pueden enriquecer los debates públicos, las discusiones políticas.

Los ciudadanos, los medios de comunicación y los expertos pueden utilizar estos datos como base para argumentar y presentar sus puntos de vista. Esto promueve un diálogo más informado, constructivo en la sociedad, en lugar de depender únicamente de opiniones subjetivas.

Lo que nunca, por ningún motivo debe hacer un buen político o un gobierno es acudir a encuestas viciadas, acomodadas y mal realizadas. Candidatos, candidatas, critiquen menos, escuchen y trabajen más, tomen sus propios datos, hagan sus propias encuestas, no hagan parte del grupo de personas de las que tanto se quejan en campaña, no desinformen al electorado, quienes actuamos y elegimos en democracia e informados, merecemos respeto; inviertan sus recursos en lo que les permita interpretar las necesidades de sus electores y llevarlos a las urnas para obtener ese voto de confianza, para entender el Valor del Voto.

Publicado por Neiva Estéreo

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