Por Cristina Goás
Ocho son los segundos de tiempo promedio en que los votantes indecisos deciden su voto en un colegio electoral. La música juega un papel determinante: son segundos decisivos asociados a imágenes y emociones que la mente tratará de recordar.
Basándome en el artículo del prestigioso consultor de marketing político, Ismael Hernández, El poder emocional de la Música, escrito en marzo del 2022, y el artículo Música y política una relación infinita, del director estudio base y subdirector de Beerspolitics, Alex Comes, publicado en mayo 2021, quiero reproducir unas reflexiones de sus artículos ya que yo misma siendo música y habiéndome dedicado dos legislaturas como concejal he podido sentir de primera mano las sensaciones de fuerte energía positiva que producía la música en todas las campañas y mítines que participé. He de puntualizar que hay que ser muy experto tanto en la selección musical como en la reproducción de las sintonías para no producir efectos contrarios de excesiva euforia o de música fuera de control.
A través de los últimos descubrimientos en neuromarketing se ha demostrado que la música en política es una herramienta de despertar emociones demasiado importante, capaz de estimular de manera simultánea algunas de las regiones de nuestro cerebro. El marketing político emocional es fundamental.
La música fue anterior a la utilización de las palabras a lo largo de la evolución humana. La música en política no está excesivamente presente, salvo en aquellas canciones a modo de himno de siglas políticas. Pero es tal el grado de impacto que tienen las canciones, las melodías, las notas, los sonidos, que llegamos a recordar música que hemos oído antes de llegar al mundo.
En un estudio realizado en la Queen’s University of Belfast se dieron cuenta, que aquellos recién nacidos en sus primeros días de vida, al escuchar las canciones de series de televisión que su madre había visto durante el embarazo, se tranquilizaban y se relajaban. La música forma parte de nuestros estados de ánimo desde antes de nacer.
En la comunicación política y el marketing de atracción, tener en cuenta la fuerza y la potencia que puede tener un mensaje acompañado de música, puede cambiar la percepción de lo que se dice. Ahora quién manda es el cómo se dice. Además, se producen muchas más endorfinas, las hormonas de la alegría produciendo sensaciones de felicidad y alegría.
AUDIO MARKETING POLÍTICO
El audio marketingpolítico es una herramienta aún por explotar, más bien por empezar a emparejarlo con los argumentarios políticos y a la hora de utilizarlo en la publicación de contenidos en los canales de comunicación. La pregunta es ¿Qué música en política utilizar junto a nuestro mensaje? Hay un universo musical enorme: clásica, pop, jazz, soul, latina, instrumental…
Nuestro corazón regula muy bien también las ondas musicales y la tipología de sonidos que le llegan, de ahí que cuando escuchamos música muy animada tendamos a alterar nuestro ritmo y ante música más lenta procedamos de manera, normalmente, contraria.
La música en el campo del marketing político puede utilizarse para conseguir múltiples objetivos, asociar el mensaje a un producto político, una propuesta social, una reivindicación popular, incluso para atacar a la competencia política.
Si en el mundo comercial la música lleva años teniendo presencia en las grandes cadenas de compra, hipermercados, centros comerciales, ¿por qué en los escenarios políticos no se utiliza adecuadamente y son tantas las palabras y propuestas de los candidatos que nos martillean en la cabeza y no nos dan respiro?. La respuesta es sencilla, se piensa mucho más en lo que ofrecemos que en cautivar y llamar la atención del receptor del mensaje, la ciudadanía.
La música en política puede conseguir cosas que hasta la fecha son impensables, por ejemplo, segmentar el mercado electoral. Un contenido a modo de vídeo con una música moderna y juvenil puede atraer un votante joven. En cambio, el mismo vídeo con una música más clásica será más del gusto para un perfil más adulto o mayor.
La utilización de canciones con técnicas de neuromarketing político puede hacer reflexionar a los clientes políticos y hacerlos viajar en el tiempo.
Cualquier canción no vale, tampoco es lo mismo un impacto audiovisual a una hora o en una época del año, que si se hiciera lo mismo en otro periodo de tiempo. Los estados de ánimo de los votantes no son lo mismo el lunes a primera hora que un viernes a las puertas del fin de semana.
Las tecnologías han abierto un mundo de posibilidades a la aplicación de la música en el marketing social, en el marketing sensorial y audiovisual. La política tiene que hacerse eco de esta arma tan poderosa cuanto antes, ahora mismo es un elemento claramente diferenciador, en unos años puede ser que ya no lo será tanto. Y es que el oído se está convirtiendo en un factor muy importante a la hora de vender una marca política. Los sonidos musicales conectan de una manera muy subliminal con el cliente político.
Todo esto nos lleva a pensar que los partidos y los líderes políticos deben tener en cuenta, entre sus estrategias de marketing político y electoral, la estrategia política musical. Esto conlleva elegir muy bien qué canción puede acompañar a nuestro elemento de comunicación.
El papel de la música en política y en la publicidad muchas veces se pasa por alto en las estrategias de los partidos o candidatos. Y no es una cuestión de contar con un gran presupuesto, en realidad ese no es el problema por el cual no incluir música en las campañas políticas. Quizás es que no saben como y cuando introducirla . Por ello necesitan de profesionales que estemos muy cerca de las personas y que sabemos detectar sus emociones y pasiones, porque realmente se trata de “apasionarse” para creer y “dejarse llevar hasta lo más profundo de nuestro ser”.
El divulgador científico Philip Lall afirma que la música es un pegamento social que une a las personas, las comunidades crean bandas de música, coros, grupos de música, cantantes, bailarines e incluso grupos de fans de artistas. Crear comunidad es crear identidad de pertenencia a un grupo. Se podría estudiar si se crea identidad en una campaña permanente. Es más, desde la sociedad civil, entidades, movimientos sociales, también se pueden impulsar campañas políticas muy potentes. Greenpeace o Òmnium Cultural son grandes ejemplos. Y sirva también de ejemplo uno de los ayuntamientos más ricos de España, Oleiros en A Coruña, España, como su experto Alcalde dinamiza y despliega la cultura musical de todos los estilos por todo su ayuntamiento, produciendo un efecto positivo en todos sus ciudadanos.
Es una era totalmente digital, donde el contenido y noticias que nos llegan, se consumen en su gran mayoría todos los días a través de distintos canales de comunicación.
Como señalan multitud de artículos relacionados con el campo de la neurociencia, las razones para votar por una determinada opción van mucho más allá de lo racional y de lo ideológico, entrando en juego elementos emocionales y conexiones neuronales que poco tienen que ver con las propuestas que nos hace llegar desde los partidos que entran en liza en un contexto electoral.
Si hemos de elegir un político de primer nivel que ha tenido el apoyo musical de grandes referentes artísticos de su país, este ha sido, sin lugar a dudas, Barack Obama. Y buena muestra de la relación que gestó el entonces presidente de los EE UU con uno de sus activistas musicales, Bruce Springsteen.
Una de las acciones más importantes que podemos llevar a cabo en una campaña electoral con la música como protagonista, es la elaboración de spots musicales, como los que recientemente han realizado en España Íñigo Errejón o Jessica Albiach. En ambos casos, el equipo de campaña en colaboración con diferentes artistas del sector han escrito una canción o jingle. Ya sea adaptando la canción de un tema conocido o creando uno desde cero, donde la letra del mismo comunique las principales cualidades de la persona que lidera la candidatura y/o a las principales medidas que contiene nuestro programa electoral. Sirva también de ejemplo actual el video/spot de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso con “Ganas”.
Como decía anteriormente, la relación entre música y política está presente desde los orígenes de las campañas electorales y la revolución tecnológica que ha vivido nuestra sociedad. Las diferentes plataformas sociales han aumentado las posibilidades para crear contenidos con objetivos políticos.
Como dijo el célebre y sabio compositor alemán, Ludwig van Beethoven: “La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía”.
Publicado por Mundiario
- Cristina Goás gestiona Melovida y dirige Presto Vivace, desde donde desarrolla la investigación musical y su aplicación a través de dispositivos tecnológicos. Se encarga de formar y crear nuevos talentos.
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